El protagonista indiscutible de esta película es un villano llamado SARS-CoV-2, el coronavirus causante de la enfermedad COVID-19.
Pero esta película también tiene héroes, como los sanitarios que nos protegen y las empresas y familias que luchan por mantenerse a flote a pesar de dificultades inimaginables.
Y un coprotagonista indiscutible: la tecnología. Sin ella, estaríamos viviendo esta situación de una manera muy diferente. No habría información instantánea sobre las novedades ni por supuesto análisis de datos de contagios a escala mundial. Tampoco habría noticias falsas o bulos. No habría emprendedores fabricando piezas de respiradores con impresoras 3D ni sería posible el teletrabajo que permite que algunas empresas, como Sage, continúen su actividad. No habría artistas ni pensadores haciendo más amena la cuarentena a las personas a través de vídeos en directo. Y, por supuesto, la investigación para dar con una vacuna contra el virus se ralentizaría.
Analizo brevemente el papel que está teniendo la tecnología en esta crisis.
TECNOLOGÍA PARA EL ANÁLISIS DE DATOS SOBRE EL CORONAVIRUS
Estamos expuestos diariamente a un aluvión de noticias sobre la situación actual: número de contagios y fallecimientos en los distintos países, medidas que se han tomado en unos y en otros… No estamos vacunados contra los bulos, y por eso es tan necesario que existan fuentes fiables que recopilen datos para informarnos con honestidad.
La inteligencia artificial está sirviendo para detectar la enfermedad, hacer mapas de su difusión y mejorar la toma de decisiones.
También gracias a ella se está reduciendo el tiempo de desarrollo y prueba de medicamentos y vacunas. Por ejemplo, el software Parabricks es capaz de realizar una secuencia completa del genoma humano en menos de una hora.
En este entorno que algunos denominan “VUCA” (volátil, incierto, complejo y ambiguo), la monitorización a tiempo real puede ser la clave de encontrar o no soluciones. El motivo es que el entorno cambia tan rápido que cualquier decisión pasada puede no tener ya vigencia.
De ahí que en países como China se hayan implementado medidas de seguimiento y control a los ciudadanos que han suscitado polémica porque chocan con el concepto de privacidad y libertad. Corea del Sur es uno de los países donde el virus ha avanzado más despacio y ellos lo achacan a las medidas tecnológicas que pusieron en marcha.
Dar nuestros datos siempre nos generó rechazo, pero ¿no es un precio justo a pagar si el resultado es detener la pandemia y salvar vidas? De nuevo la tecnología se cruza con la ética, y la respuesta no es fácil. Ya se han desarrollado diferentes tipos de aplicaciones que solicitan distintos tipos de datos para distintos fines. Recomiendo hacer un análisis pausado de los consentimientos que otorgas y tener siempre clara cuál es la entidad a la que se los das y qué fines tiene.
Algunas aplicaciones que se han lanzado en España para medir la expansión del virus son la web CoronaMadrid para descongestionar los teléfonos de sanidad pública o la aplicación Reg Covid 19 en El País Vasco para monitorizar los síntomas de los pacientes.
TECNOLOGÍA PARA LA FABRICACIÓN URGENTE DE MATERIAL SANITARIO
Otra necesidad imperiosa durante esta pandemia es la de fabricar cierto tipo de material sanitario muy por encima de su demanda habitual. Mascarillas y respiradores son objetos de deseo. Los países se desviven por mantener sus hospitales abastecidos. Y las empresas buscan cómo pueden contribuir a esta causa.
Así, algunas startups han puesto en marcha sus impresoras 3D para fabricar material como respiradores y máscaras de protección para sanitarios. Otras han puesto en marcha las más variadas ideas: hasta un millar hay en la plataforma StopCorona, que recopila las iniciativas de startups, expertos en análisis de datos, etc. El proyecto Folding@home, por su parte, utiliza los procesadores de miles de voluntarios por todo el mundo para investigar la pandemia.
Algunas empresas textiles han modificado sus líneas de producción para confeccionar batas y mascarillas, y empresas de perfume están fabricando geles desinfectantes. Ante una emergencia mundial, por suerte, estamos viendo numerosas muestras de solidaridad y de contribución a la comunidad.
También ha habido gente creativa que está buscando la forma de homologar las máscaras de buceo de Decathlon para fines sanitarios.
TECNOLOGÍA PARA FACILITAR EL TELETRABAJO Y EL CONFINAMIENTO
Si algunas personas pueden seguir llevando una vida más o menos “normal” a pesar del confinamiento es también gracias a la tecnología. El hecho de tener una conexión a internet fiable nos permite teletrabajar con garantías y también disfrutar de una gran oferta cultural y educativa. Podría decirse que las telecomunicaciones son la base de todo lo que podemos hacer desde casa.
Los comercios digitales pueden continuar su actividad según el artículo 35 del Real Decreto Ley del 29 de marzo. Así, las compras online siguen su curso, aunque el sentido común dicta prudencia en su uso por la seguridad de todos.
La oferta de planes de ocio para el confinamiento no deja de crecer. Las personas hacen ejercicio, meditan, ven tutoriales online o visitan parques y museos virtualmente. Las operadoras telefónicas regalan gigas para hacer más llevadera la cuarentena.
La educación es uno de los sectores que se está sirviendo de la tecnología para no sufrir un parón irremediable. Los niños reciben deberes y ejercicios. Las universidades y escuelas de negocios dan clases online, tanto a sus alumnos como a nuevos interesados. Lo bueno de este experimento forzoso al que las instituciones educativas se han visto abocadas es que demuestra que la educación a distancia es posible y que ya tenemos los recursos necesarios para implementarla.
Lo que estamos viviendo no tiene precedentes. Sus consecuencias serán nefastas, no solo para la salud sino también para la economía y la sociedad. Pero de algo estoy seguro: sin tecnología, esta situación sería peor.
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