España es sus bares, comerciantes, agricultores, transportistas… También es el país que vio nacer a Velázquez, Goya, Cervantes o Quevedo. De hecho, sería difícil imaginarse la obra de Quevedo o a la Generación del 98 sin su estrecha relación con tabernas y cafés, una influencia que llega hasta nuestros días con referencias a los bares de lo más mundanas, como la de la canción de Gabinete Caligari Al calor del amor en un bar (1986).
“Los bares, qué lugares Tan gratos para conversar. No hay como el calor Del amor en un bar”
Así dice esta canción que no hace más que representar lo que es España: el país con más bares y restaurantes por persona del mundo. Y, a día de hoy, ese patrimonio que tan bien nos representa, está pasando un mal momento.
Pero no solo los bares, nuestro país es el de los trabajadores autónomos y las pymes que, con la crisis provocada por la pandemia, está viendo su futuro con mucha incertidumbre.
El tejido productivo español está compuesto en su mayoría por pymes. En concreto son el 99% de todas las empresas de nuestro país. Por ello, no me equivoco al afirmar rotundamente que el motor de España son las pymes y salvarlas de la crisis económica en la que estamos sumidos significa salvar nuestra economía.
“El motor de España son las pymes y salvarlas de la crisis económica en la que estamos sumidos significa salvar nuestra economía”
Si las pymes suponen la mayoría de las empresas de nuestro país, los autónomos tienen aún más peso. Prueba de ello es que, según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Industria, el 55% de las empresas están compuestas únicamente por un trabajador, y las micro y pequeñas empresas aglutinan prácticamente la mitad de todo el empleo de nuestro país. Y a todos ellos el contexto actual no se lo ha puesto fácil.
Sé que algunos, en realidad muchos, ven peligrar el trabajo de toda una vida, mientras que otros tantos ya se han visto obligados a bajar la persiana y lanzarse al vacío de la incertidumbre de un futuro en el que seguramente nada volverá a ser como antes. Así lo demuestra el último Barómetro #LaPYMEhabla, elaborado por la Confederación española de la pequeña y mediana empresa (CEPYME). La actual crisis hace que la desconfianza y el desánimo arraigue dentro de las pymes. Si más de la mitad de los encuestados no cree que pueda mantener los empleos de su empresa en seis meses, el 50% creen que la supervivencia de su negocio está en peligro.
El descontento por no haberse sentido respaldado durante esta crisis es casi generalizado. De hecho, el 64% ven de forma negativa o muy negativamente las medidas que el Gobierno ha tomado para ayudar durante esta crisis a las pymes. Una radiografía del corazón de la economía de nuestro país que, pese a medidas de apoyo como la línea de Avales del Estado o la flexibilización del trabajo con los ERTE, reclama más ayuda para conseguir sobrevivir a este huracán que ha tirado por tierra muchas expectativas.
A pesar de que el panorama es desalentador, para los empresarios supondría un balón de oxígeno la reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social, ayudas directas a las pymes pertenecientes a los sectores más afectados por la pandemia o una reducción temporal de impuestos como el IVA, el IBI o el IAE. Medidas que según este barómetro tendrían una buena acogida por parte de las pymes. Pero hay algo más que podría ayudarlas a capear la tormenta. Y es que, personalmente creo que esta recuperación también depende de algo imprescindible: la Digitivación.
“Hay algo más que podría ayudarlas a capear la tormenta. Y es que, personalmente creo que esta recuperación también depende de algo imprescindible: la Digitivación”
Digitivación es la palabra que marcará el futuro de las pymes. La pandemia se ha convertido en un acelerador de tendencias, especialmente en lo que al mundo digital se refiere. Además, también ha demostrado cuan frágil es gran parte de nuestro tejido productivo, que en una situación tan extrema como la que hemos vivido, ha tenido grandes dificultades para continuar con su actividad.
La digitivación propone una reactivación de la economía y su transformación para ser más rápida, ágil, humana, sostenible y flexible. Si antes los canales digitales estaban en pleno crecimiento, ahora son imprescindibles para la supervivencia. Para ello pienso que cualquier idea es buena, pero sobre todo si se consigue sacar el mayor partido a todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance.
Creo que un buen ejemplo de esta adaptación es la plataforma de venta de libros todostuslibros.com, que aglutina a 244 librerías independientes, por ahora, ya que hay decenas que quieren sumarse a este proyecto. Nació con el objetivo de convertirse en un escaparate digital de la literatura en el mercado hispano y, tan solo dos meses después de su lanzamiento, han vendido 27.543 libros, por valor de más de 500.000 €, y han alcanzado la cifra de 145.893 usuarios registrados.
El Informe e-Pyme recientemente elaborado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y Sociedad de la Información (ONTSI) muestra de forma exhaustiva el estado y la evolución de la transformación digital y destaca el importante desconocimiento con respecto al comercio electrónico por parte de muchas microempresas.
De hecho, es tan necesaria esta transformación digital que el Gobierno ha presentado, recientemente, el Plan de Digitalización de Pymes 2021-2025 que busca acelerar la digitalización de al menos 1.350.000 pymes, con posibilidad de alcanzar los 1,5 millones, gracias a una inversión pública de 4.656 millones de euros que proceden del fondo comunitario para la digitalización de las pymes.
Un plan cuyo objetivo principal es hacer de eje vertebrador de todas las acciones estatales que movilicen tanto inversión pública como privada para avanzar al máximo tanto en el campo de la digitalización. Una iniciativa que destaca la importancia de la digitivación como vía hacia una economía de datos en la que el tejido empresarial sea capaz de aprovechar todas las oportunidades tecnológicas a su disposición.
Se trata de un proyecto elaborado con visión no solo a corto plazo sino también a medio y largo plazo. De hecho, gracias a él, se invertirán más de 1000 millones de euros durante el periodo 2021-2023 para la integración inmediata de soluciones digitales dentro de las pymes. Algunas de las herramientas que se implantarían de forma inmediata y a gran escala serían páginas web, sistemas de marketing digital o sistemas de gestión de clientes mediante CRM. Mientras que a medio y largo plazo se busca impulsar la creación de modelos más innovadores y complejos, gracias a la integración de soluciones más disruptivas y el uso intensivo de datos de la mano de tecnologías como el internet de las cosas, la nube y la inteligencia artificial.
Formación de ejecutivos, apoyo al emprendimiento digital o ciberseguridad, son solo algunos de los objetivos hacia los que está enfocado este plan que, además, incluye un importante apoyo al desarrollo del e-commerce. Ejemplo de ello son los programas que incluye de Mercados Sostenibles y Modernización del comercio, que tienen como objetivo la digitalización del comercio de cercanía y para los que estarán destinados más de 320 millones de euros.
El futuro de las empresas no solo depende de desarrollar el negocio online, sino que la digitivación debe ser global. Debe facilitar la gestión interna y la relación con clientes, además de optimizar la presencia en Internet de las pymes. Si una empresa consigue eso, afrontando estos cambios de forma valiente y actualizándose, el futuro podría llegar a ser tremendamente brillante. Confío en ello.
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