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El mundo puede confinarse sin dejar atrás la economía

Una de las frases más repetidas últimamente es “este virus lo paramos entre todos”. Es cierto. Contener la propagación de la pandemia supone aplicar una serie de restricciones de movilidad con las que todos los ciudadanos están implicados y colaboran. Gracias a quedarnos en cuarentena, la curva de contagios se aplana y se consigue frenar al virus. 

Pero una consecuencia de ese necesario confinamiento es que la actividad económica se paraliza casi en su totalidad. Con motivo del último Real Decreto-ley 10/2020 de 29 de marzo, todas las actividades laborales consideradas no esenciales deberán parar. 

LA FALTA DE LIQUIDEZ ES LA PRINCIPAL AMENAZA PARA LAS PYMES

Estas medidas, si bien son necesarias para superar el virus, se traducen en una perturbación de la oferta y la demanda en la economía. La brusca disminución o inexistencia de las ventas genera falta de ingresos, problemas de solvencia y una eventual pérdida de empleos. Un impacto que recae ya sobre el tejido empresarial español, compuesto en un 99 % de pequeñas y medianas empresas.

Siempre me he interesado por el desarrollo de las pymes como parte de mi experiencia personal y vida profesional y hoy, ante la incertidumbre que comparten estos negocios, me gustaría analizar su situación y contribuir con algunos consejos.

El principal problema al que se enfrentan las pymes es la falta de liquidez. No contar con flujo en la caja viene derivado de la desaceleración en la producción, las dificultades de aprovisionamiento de materias provenientes del extranjero y la caída en las ventas, sumado a la imposibilidad de que los trabajadores acudan a su puesto. Si la crisis durase un mes, el 60% de las pymes se verán impactadas con pérdidas de empleo, en especial en los sectores de hotelería, hostelería, agencias de viajes, industria textil y confección. 

ANTE LA INCERTIDUMBRE, ANÁLISIS

El problema reside en que no se puede saber cuánto va a durar esta situación y la incertidumbre plantea dificultades a la hora de elegir las mejores medidas. Para empresas que no tienen financiación externa, la situación de cierre plantea interrogantes sobre el tiempo que pueden aguantar sin tener actividad y, si necesitan financiación, cuánta y por cuánto tiempo. Antes de tomar cualquier decisión y acogerse a las medidas puestas en marcha por el gobierno se debería analizar:

  • El tiempo que pueden aguantar las fuentes de liquidez en un escenario de estrés prolongado. Hay que tener en cuenta cuáles son las necesidades diarias de liquidez y los gastos fijos, así como sopesar la probable caída de ingresos.
  • La capacidad de financiar los vencimientos a corto plazo y la solvencia para afrontar demandas de liquidez inesperadas
  • El impacto del virus en el perfil crediticio de los proveedores
  • La cartera de inversiones y su riesgo

Uncommon Finance, plataforma digital para gestionar las finanzas propias, ha puesto a disposición de los empresarios una calculadora para saber si necesitarán pedir financiación para afrontar pagos e impuestos y que, además, se anticipa a los posibles problemas de liquidez. 

EL 70 % DE LAS PYMES TIENE PREVISTO SOLICITAR FINANCIACIÓN

La confederación española de la pequeña y mediana empresa (CEPYME) en su Barómetro Pymes pone de manifiesto que el 96 % de las empresas consultadas creen que la crisis afectará de forma negativa o muy negativa a su negocio. Para paliar los efectos y no desaparecer, la inmensa mayoría (70 %) tiene previsto solicitar financiación, seguida de un 48,04 % que aboga por el teletrabajo, un 31,06 % que apuesta por la reducción de la actividad y un 25,30 % que elige agilizar la tramitación de ERTEs. Por desgracia, el 15 % cree que no podrá hacer frente a la crisis ni con las medidas tomadas en el seno de la empresa ni con las políticas de ayuda del Gobierno.

Desde que se decretó el estado de alarma, tanto en Europa como en España, se ha estudiado un plan de choque para ayudar a las pymes, prioritarias en el plan de acción económico para contrarrestar la crisis. Lo que más han demandado los pequeños empresarios al Gobierno son las ayudas fiscales (81,37 %), las deducciones a la Seguridad Social (68,94 %) y ayudas directas (57,73 %).

SAGE EXPLICA EL PLAN DE CHOQUE ECONÓMICO DEL GOBIERNO 

En Sage hemos elaborado un documento de las medidas de impacto empresarial que ha ido tomando el Gobierno a lo largo de este estado excepcional contempladas en Real Decreto-ley 6/2020, Real Decreto-ley 7/2020 y Real Decreto ley 8/2020 de 17 de marzo. Las hemos clasificado en medidas tributarias, de seguridad social y laboral y auxiliares en el entorno empresarial. 

Respondiendo a las demandas mayoritarias de las pequeñas y medianas empresas, el Gobierno lanzó en su último decreto una línea de avales por un importe de hasta 20.000 millones de euros para contrarrestar la falta de liquidez y facilitar el acceso de pymes y autónomos a la financiación. 

Estos avales de carácter retroactivo estarán gestionados por el Instituto de Crédito Oficial en colaboración con entidades financieras y se podrán solicitar hasta el 31 de septiembre  siempre y cuando las empresas no tuvieran ninguna deuda pendiente con las Administraciones a 31 de diciembre de 2019. Asimismo, existe la posibilidad de aplazar las deudas tributarias hasta 30.000 euros durante seis meses, con tres meses de carencia.

Respecto a las deducciones a la Seguridad Social se han flexibilizado los ERTE. Esta medida permite mantener a los empleados en plantilla mientras que la seguridad social se ocupa de sus salarios. Las pymes de menos de 50 empleados tendrán derecho a una bonificación del 100 % en las cotizaciones y, si supera este número, del 75 %. Además, incluso si no se ha cotizado lo suficiente, los afectados pueden optar a la prestación por desempleo. Tampoco se podrá despedir a nadie por esta crisis, solo se podrá reorganizar o reducir la jornada laboral.

Finalmente, para fomentar el teletrabajo, que es la segunda medida más adoptada por las pymes, el Gobierno ha impulsado el Plan Acelera que, como su propio nombre indica, pretende agilizar el proceso de digitalización de estas empresas mediante el asesoramiento, la formación y la creación de soluciones tecnológicas. Este programa vendrá acompañado de apoyo financiero para los próximos dos años, que alcanzará los 200 millones de euros.

Como he dicho muchas veces, la innovación tecnológica es la palanca de crecimiento de una empresa y esta situación, si bien no es la idónea, puede ser el impulso para la transformación digital de nuestro tejido empresarial. El teletrabajo puede proporcionar nuevas herramientas para continuar generando negocio y, probablemente, cambie la forma en la que las empresas están organizadas. Aunque no todas las empresas puedan acogerse a esta medida, si se pueden continuar dando la mayoría de servicios gracias al equipamiento digital nuestra economía logrará remontar. 

PETICIONES AL GOBIERNO

Hay que ser claros: la prioridad es salvar vidas. Después está la necesidad de dar viabilidad a las empresas para que retengan tanto empleo como le sea posible y den un futuro a millones de trabajadores. Con ello mejorarán el bienestar de la sociedad en general. Y para que esta segunda condición se cumpla, aprovecho una vez más para pedir al Gobierno que considere no la moratoria, sino la exoneración de impuestos a empresas y autónomos, además de cubrir en un 75 % los sueldos sin necesidad de ERTE.

Estas dos iniciativas, que ya han sido aplicadas por algunos países vecinos por ser más eficaces para la revitalización de la economía, deberían aplicarse de forma urgente y por un plazo de entre dos y tres meses. En definitiva, mi sugerencia es que usemos la deuda de las medidas económicas de forma diferente, es decir, para dar liquidez y un futuro esperanzador al tejido empresarial y al país.

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