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El Mittelstand alemán: ¿El secreto del éxito para las pymes españolas?

Alemania es una de las economías más sólidas del planeta, pero, ¿cuál es el secreto del éxito? Seguramente la respuesta (o parte de ella) sea el Mittelstand, la columna vertebral de esta economía y término que coloquialmente hace referencia a las pequeñas y medianas empresas alemanas. Es decir, a nuestras pymes.

El tejido empresarial español no dista mucho del alemán en términos de composición: el 99% de las empresas del país germano pertenecen al Mittelstand frente al 99,8% de nuestro país (incluyendo a los autónomos a fecha de octubre de 2017). Si las cifras son tan similares, ¿por qué son tan distintos los resultados económicos de cada país?

Las bases del Mittelstand, un modelo económico de éxito

 El Mittelstand también hace referencia a un modelo económico alternativo al modelo de organización industrial anglosajón y sus pequeñas y medianas empresas comparten aspectos de cultura corporativa:

  1. Largoplacistas. La visión a largo plazo de las pequeñas y medianas empresas de nuestro vecino europeo es una de sus señas más características, basando en este aspecto la calidad del producto y del servicio posventa que ofrecen así como sus relaciones con proveedores, clientes y empleados.
  2. Hiperespecialización. Las empresas del Mittelstand son empresas de nicho y, generalmente, de productos intermedios con baja visibilidad para el público general pero fundamentales para el funcionamiento de productos de consumo. Alemania es el líder europeo en la inscripción de patentes y sólo en 2015 registró casi 67.000 creaciones fruto de la innovación. Por ejemplo, el 52% de las patentes relacionadas con la conducción autónoma registradas a nivel mundial desde 2010 provienen de fabricantes alemanes. Esta hiperespecialización se traduce en una diversificación del tejido productivo del país.
  3. Innovación. Las pequeñas y medianas empresas alemanas son conscientes de la importancia de invertir en I+D ya que les permite avanzar y transformar sus procesos productivos, situándose como líderes de su mercado hiperespecializado. Alemania invierte un 2,94% del PIB en I+D frente al 1,19 español, muy por debajo de la media europea, situada en 2,03.
  4. Vocación internacional. La internacionalización es una de los grandes retos a los que se enfrentan las pymes españolas y la hiperespecialización y la innovación referidas sitúan a las empresas del Mittelstand en referentes internacionales. Estas empresas, generalmente, operan en mercados de alta concentración que rozan el monopolio, diversificándose en el extranjero gracias a las economías de escala. Esto lo saben bien en la Cámara de Comercio Alemana presidida por Rosa García, presidenta de Siemens España, desde donde se promueve la inversión bidireccional entre España y Alemania. En los últimos años el sector empresarial alemán está muy interesado en invertir en España. Solo en 2016, según el informe Radiografía de la Empresa Alemana en España, publicado por la Cámara Alemana, las empresas alemanas invirtieron en España 2.200 millones de euros, un 182% más que en 2015.
  5. Gestión familiar, pero sin renunciar a la rigurosidad de la idiosincrasia alemana. Son dirigidas por sus propios dueños y las empresas pasan de generación en generación, que ponen el foco en crear relaciones personalizadas, duraderas y sostenibles tanto con clientes como con proveedores, convirtiéndose en distribuidores fieles. De nuevo, aparece la visión largoplacista de la que hablábamos en el primer punto.
  6. Más medianas que pequeñas. Ya lo hablábamos antes de verano en el blog, y es que el tamaño de la pyme sí importa. En Alemania predominan las empresas medianas (de 50 a 249 empleados), mientras que en España el 93,8% está formado por autónomos y microempresas, mientras el 5,2% son pequeñas empresas. Y es que el tamaño importa porque cuanto mayor es la empresa, más diversificadas están las fuentes de financiación y es más habitual que sean exportadoras. Además, cuanto mayor es la empresa mayor longevidad suele tener la compañía, lo que significa una capacidad de producción y una penetración en el mercado más consolidada.
  7. Sentimiento de pertenencia. La motivación y identificación es un aspecto clave de este tipo de empresas germanas, que tienen trabajadores fieles con un alto rendimiento que se ve reflejado en la rentabilidad empresarial. Este sentimiento de pertenencia es trabajado por los órganos de gestión familiar al que nos referíamos líneas anteriores, que se esfuerzan por crear lazos duraderos no sólo con sus proveedores y clientes, sino también con sus empleados.

¿Un ejemplo para España?

Otro aspecto que creo que debe ser reseñable es la amplia oferta de personal cualificado que existe en Alemania y la fuga de cerebros que hemos vivido en España. Las empresas del Mittelstand son uno de los destinos preferidos para aquellos profesionales que emigran a Alemania en busca de oportunidades laborales de calidad y con una proyección de crecimiento a largo plazo.

En definitiva, centrarse en mercados muy concretos con productos y servicios de producción (casi) exclusiva con altas dosis de innovación, permite a las pymes alemanas situarse por delante de sus competidores de otros países, exportar y ocupar posiciones de liderazgo en nichos de mercado nacionales e internacionales.

Las empresas españolas y el Gobierno de España deben mirar al Mittelstand alemán e invertir más en innovación y desarrollo. España tiene un gran potencial y dar el salto a la internacionalización ya no es una opción, debemos reivindicar nuestro espacio en el extranjero.

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