Más de 1.000 millones de trabajadores de todo el mundo -8 millones en España- pertenecen a la generación que, en los próximos 4 años, representará una tercera parte de la fuerza laboral. Se les conoce como Generación Y o Millennials por haber entrado en el mercado laboral con el año 2000. Hijos de baby bommers y hermanos de la Generación X, los millennials son los menores de 30 años que se toparon con la recesión nada más entrar en una empresa. Y eso curte un carácter, moldea las perspectivas y ordena prioridades a cualquiera, sobre todo cuando uno acaba de empezar. También son aquellos empleados que mejor dominan la tecnología y los que por ello, mejor entienden el porqué de la transformación digital. Conocen cómo será la empresa del futuro.
No es sólo cuestión de años, que también. Es cuestión de mentalidad. Una mentalidad millennial forjada al calor de circunstancias únicas: la amenaza de la crisis, el paro, la inestabilidad laboral. Pero también las oportunidades que brinda la tecnología a todo nuevo emprendedor ¿Por qué conformarse con ver cómo se derrumban las estructuras conocidas? ¿Por qué no emprender y comenzar a crear? Escribir lo que aún no se ha escrito de propio puño y letra. O reescribir dentro de la vieja empresa lo que ya no rima para que pueda encajar. Para entender la actitud millennial no hace falta ser uno más, sino observarles. Saber escuchar.
Eso ha sido, precisamente, lo que hemos intentado hacer desde Sage: escuchar a la generación millennial para poder ayudarles a crear. Nuevas empresas, nuevas mentalidades dentro del mundo analógico, vínculos con las generaciones anteriores con las que van a tener que colaborar. A las que tienen mucho que aportarles y de las que seguro van a aprender además. De esta voluntad nació ‘Walk with me’, la encuesta realizada desde mi empresa a cerca del 7.400 millennials emprendedores entre los 18 y los 34 años de edad de 16 países muy distintos.
Sus resultados confirman muchas facetas identificadas antes en este grupo de individuos y descubren otras tantas que pueden interesar. Habla de jóvenes decididos a tomar las riendas de su destino: el 34% de los encuestados dice que se decantó por emprender para ser su propio jefe y poder decidir qué hacer, con quién, dónde y cuándo en su actividad laboral. Nos habla de emprendedores comprometidos con su objetivo contra cualquier adversidad, pues más de la mitad (62%) asegura que siempre sacará tiempo para actualizarse y mejorar.
Dibuja a un empresario con visión de futuro, pues el 41% de ellos anuncia la muerte de la oficina tradicional en favor de la movilidad. Un buen paso hacia el trabajo por objetivos y no por horas de estancia en un lugar sin llegar a ninguna parte, el temible ‘presentismo ‘. Muestra que son valientes, que prefieren intentarlo y fallar a quedarse quietos esperando: el 63% de los millennials encuestados piensa que emprenderá no una sino varias veces durante su vida laboral. Y que son personas con principios. Y que piden también estos valores a las empresas donde trabajen: el 62% sacrificaría beneficios por ser fiel a sus valores. Eso se llama integridad.
Pero ‘Walk with me’ ha descubierto algo más. Algo que por lógico no es menos importante. Y es que los emprendedores millennials son diversos dentro de su generalidad, de sus vivencias y de las circunstancias que les ha tocado compartir. Y este es un dato a tener en cuenta para conocerles un poco más. El informe habla de hasta 5 tipos de millennials, son los siguientes:
1. Los planificadores con principios, emprendedores metódicos y ambiciosos que quieren impactar con su trabajo en la sociedad, defender sus valores. El 66% son hombres frente al 33% de mujeres y donde más se encuentra este tipo de emprendedor millennial es en países como Nigeria, Sudáfrica o Canadá.
2. También están los amantes de la tecnología, competitivos, individualistas, atentos a la innovación porque saben que es la manera de ganar en el negocio, diseñar el mejor producto y llegar al cliente. Les motiva sobre todo compartir sus ideas con el resto del mundo. Aquí hay cierta paridad entre hombres (53%) y mujeres (47%). Son emprendedores ‘made in USA’.
3. Luego está el descubridor innato, al que le gusta el territorio inexplorado y se mueve por instinto. Para ellos ganar dinero es más importante que tener impacto en la sociedad. Suelen ser emprendedores en serie, de los que crean una startup, después la venden y a por más. En esta categoría vuelven a ser los hombres (77%) mayoría respecto a las mujeres (33%).
4. En cuarta posición están los amantes del riesgo, pura adrenalina. Más de la mitad considera que un negocio pierde su encanto al año de haber sido creado. Les gusta trabajar rodeados de gente y su objetivo es crear entornos de trabajadores felices y no tanto buscar impacto social. Los encuentras en países como Suiza, Polonia o Bélgica. Pero los habrá en muchos más.
5. Y en la última categoría se encuentran los realistas, que son los emprendedores millennials que más abundan en España. Son jóvenes con los pies en el suelo, resolutivos y que saben que la tecnología es una buena herramienta para lograr el éxito. Pero que saben también que lo importante son las personas. Alternan análisis e instinto a la hora de tomar decisiones u organizar el trabajo. Prefieren el mundo real para hacer negocios frente a la virtualidad. Escogen vida sobre trabajo.
Y un dato curioso que define a los emprendedores millennials de España en todas sus categorías: la mayoría reconoce que poder disfrutar de su trabajo fue la principal motivación que les llevó a emprender: crear un entorno a su medida, rodeado de colaboradores que entiendan y compartan un proyecto, una cultura empresarial. Con el que trabajar y poder también socializarse, una necesidad que los emprendedores jóvenes de España comparten con los de países como Estados Unidos.
¿Problemas comunes de su generación? 43% de estos emprendedores hablan, como lo harían probablemente sus padres, de la desmotivación que les producen las trabas burocráticas. En España este sentimiento es especialmente descorazonador para el 44% de los emprendedores y no me extraña: ellos quieren, pero no les dejan. Nuestro papel como trabajadores de más experiencia es aprender a mirar como ellos, contagiarnos de su empuje y ayudarles a avanzar desde todos los sectores de la actividad empresarial, pero también del gobierno. Dejarles pasar y acompañar su avance. Porque el mundo está cambiando y a nadie le sirve esperar.
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