Los trabajadores de Francia han comenzado este año 2017 siendo los primeros del mundo en contar con un nuevo derecho. El derecho a desconectar o derecho a apagar los dispositivos móviles fuera del horario de oficina. La nueva norma, que ha entrado en vigor este mes de enero, busca regular el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación y evitar el burnout. ¿Necesita España una ley que garantice el derecho a desconectar?
A juzgar por los datos, podría decirse que sí. Y es que el 28% de los trabajadores españoles se reconoce incapaz de desconectar del trabajo durante sus vacaciones, según una encuesta de Randstad. El 41% de ellos explica que actúa así al sentirse presionados en este sentido por su empresa. ¿Problema de percepción o de cultura empresarial? Sea como fuere, la hiperconexión se agrava durante el año laboral, afectando en su tiempo de ocio al 67% de los empleados.
Lejos de beneficiar a empleados o a empresas, la hiperconexión nos perjudica a todos. Al trabajador porque así no logra nunca descansar. Estudios de la Universidad de Columbia o de la Universidad de Colorado han comprobado los efectos negativos de esta mala práctica. Y a las compañías porque no les interesa fomentar el efecto burnout, que acaba con la motivación y con la productividad.
LA SOLUCIÓN PARA DESCONECTAR Y CONCILIAR
Sin embargo, no se puede negar que, en nuestra situación actual, existe el riesgo real de que las nuevas tecnologías, en lugar de ayudarnos a conciliar vida personal y laboral, hagan de nosotros sus esclavos. ¿Cómo podríamos solucionar este nuevo dilema que se plantea en la era de la transformación digital? Mi solución para desconectar y usar la tecnología para conciliar te la di en este post.
No obstante, hoy toca reflexionar sobre la necesidad de una norma que ayude a empleados y a empresas a obrar con el sentido común necesario para beneficiarnos (no sufrir) la transformación digital. La norma impulsada en Francia por la ministra El Khomri pone sobre la mesa un debate crucial. Este debate, soterrado hasta el momento por todos los países a nivel institucional, está afectando la vida de todos. Es importante abordarlo desde una perspectiva global.
Están bien las iniciativas pioneras que tomaron en este sentido empresas como como Volkswagen, con su sistema de bloqueo del correo electrónico fuera del horario de oficina, o las multinacionales Canon y Sodexo, con su Día sin Email. No obstante, a mi entender, este dilema no se resolverá favorablemente, no en beneficio de todos, si no se plantea primero a través de un debate social.
LA LEY DE DESCONEXIÓN EN FRANCIA
Y la tarea de generar este debate, de poner el tema del derecho a la desconexión laboral sobre la mesa le corresponde, a mi entender, al Gobierno. Confiemos en que el Ministerio de Agenda Digital, con Álvaro Nadal a la cabeza, sepa también abordar las nuevas realidades que plantean las nuevas tecnologías y buscar soluciones de cambio desde una nueva mentalidad.
Por eso, a la pregunta de si necesita España una ley que garantice el derecho a desconectar, yo respondo que quizá. No una norma como la francesa que, pese a ser pionera, no ha estado exenta de polémica y que, en general, deja demasiados huecos por llenar.
Lo que España necesita, como el resto de países del entorno global, es comenzar a hacerle frente a la nueva realidad, a plantear debates y a buscar soluciones consensuadas a los dilemas de la era digital que ya vivimos. Necesitamos que se pongan a trabajar para construir las normas de esta nueva sociedad. Y que la tecnología nos sirva para ser más humanos. Para que todos podamos conciliar, disfrutar y trabajar de la mejor forma posible.
1 Comentario
Sinceramente creo que no hacen falta más normas, leyes, regulaciones… Lo que hace falta es educación y formación. debemos acabar con el «presentismo», tanto por parte de los trabajadores que a veces piensan que tienen que estar x horas para que le vean, como con esos mandos que exigen a su equipo (mal llamado por ellos) el estar esas horas en el puesto de trabajo. con esto sólo se prima la ineficiencia.
No olvidemos que con la globalización, es posible tener clientes separados por varios husos horarios, con lo que la desconexión fuera del horario «9 a 5» es inviable en muchos casos, un cliente en EE. UU. te puede llamar a una hora prudencial allí que pueden ser las 11 de la mañana y aquí podrían ser las 8 de la noche si te llama de la Costa Oeste, se requiere flexibilidad y formación, no normativa. Eso sí, si la empresa exige ese «presentismo», creo que existen suficientes leyes como para pararlo.