Simple, innovar para ganar. Este es el verdadero fin de la innovación, ganar. ¿Has pensado qué tendrán en común las empresas líderes del futuro? . En mi opinión, habrá un factor determinante y es que no se adaptarán a los cambios. Los verdaderos innovadores son los que crearán los cambios y serán capaces de adquirir nuevas competencias únicas por un periodo de tiempo. Eso es ganar.
La toma de decisiones de estas empresas será fluida y rápida, en forma de red interconectada, donde se intercambiarán los recursos internos en función de las necesidades y compaginarán sus objetivos a corto y a largo plazo de forma natural. Su misión principal será prosperar durante mucho tiempo. Este tipo de empresas, aunque serán el modelo de empresa habitual del futuro, existen en la actualidad. Están a nuestro alrededor, creciendo, desarrollándose.
Por supuesto, podemos pensar en empresas como Google o Amazon, cuyos procesos de adaptación son magistrales. Pero existen también compañías pequeñas que están creciendo y vendiendo en todo el mundo. Tienen un alto grado de interacción con el mundo exterior, y por lo tanto, tienen un alto grado de innovación. Estas empresas se caracterizan por estar ampliando sus actividades, por estar menos centradas en sus competencias tradicionales y estar pasando a ser multifocales. Con una visión más experimental de cómo deben medir el éxito, tienen menor dependencia de los indicadores clave de rendimiento financieros del pasado.
Sin embargo, las empresas cuyo enfoque se sigue basando en el ROI no invertirán en nuevas capacidades fundamentales para el futuro. Financiarán muchos proyectos de pequeña innovación o innovación cosmética, sin una idea clara de su impacto estratégico.
Los que tienen una agenda de transformación buscan nuevas habilidades y persiguen activamente nuevas fuentes de ingresos y modelos de negocio. Prueban por ensayo y error. Estas empresas son lo suficientemente audaces como para diversificar su enfoque estratégico y construir nuevos negocios en nuevos mercados, adaptando los procesos operativos de la empresa para lograr sus objetivos. Crean un programa de futuro para la organización. Estos nuevos estrategas corresponden a un nuevo tipo de empresa con un enfoque radicalmente nuevo. Esta “fluidez” es el nuevo imperativo empresarial.
Las empresas que no tienen este modelo avanzado de estrategia a menudo tienen, procesos de toma de decisión difíciles de manejar, incluso inapropiados, alrededor de todo lo que conlleve la innovación. Se rigen por un grado de formalidad que estrangula los buenos proyectos o crea retrasos que atascan las ideas nuevas y de valor. Obligan a los innovadores que están en la empresa a presentar los mismos proyectos en varias ocasiones, desmoralizándoles debido a la falta de capacidad para la toma de decisiones sobre procesos profundamente arraigados. Simplemente porque carecen de la visión o de la valentía necesaria como para afrontarlos. Estas empresas tratan de mantener su competitividad mediante la innovación rápida o cosmética cuando, en realidad, se enfrentan a un desafío más grande: la transformación. Los que se sienten cómodos con la transformación reconocen la oportunidad de negocio que origina el cambio.
Mi consejo para las empresas que quieren cambiar es mirar a sus procesos de decisión. Aunque la mayoría de las empresas han establecido algún tipo de programa de innovación, muy pocos se han dado cuenta de que se necesitan nuevas formas de tomar decisiones, especialmente en tiempos de incertidumbre.
En este próximo 2015 muchas empresas, incluida Sage, pondrán en marcha nuevas ideas sobre su modelo de decisiones para llevar a cabo con éxito su plan de transformación y ganar en el mercado. La transformación para convertirse en una empresa de innovación. Este reto, al igual que el de muchas empresas, e incluso el mismo reto que tiene España como país, ya que solo a través de la innovación podremos ganar.
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