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Índice DESI: conectividad y uso de internet por parte de los ciudadanos

La irrupción de internet ha revolucionado nuestras vidas. Antes, solo los pocos que entendían el código lo podían manipular y publicar contenidos. Hoy, todos participamos de la generación de contenidos. Internet se ha convertido en el medio global de comunicación cotidiano. Desde compartir nuestras vidas instantáneamente a través de fotos, vídeos, sonidos y textos a hacer gestiones online, hemos modificado nuestras costumbres en casi todos los ámbitos de la vida debido a la conectividad. 

Pese a esto, aún 4,4 millones de ciudadanos españoles nunca ha utilizado internet y 2,2 millones de hogares no tienen conexión a internet. Este aspecto puede plantear la pregunta de si nos estamos adaptando adecuadamente a la digitalización y qué factores hace falta mejorar para que no se genere una brecha digital en una era en la que la tecnología avanza a pasos agigantados. 

La Comisión Europea elaboró un índice que actualiza cada año que contiene los indicadores más relevantes sobre el desempeño digital en Europa y la evolución de la competitividad digital en los estados miembros. Este índice fue, bautizado como DESI (Índice de Economía y Sociedad Digital). Contiene seis indicadores principales, de los que destacaré en este artículo cuatro: la conectividad, el capital humano, el uso de servicios de internet por parte de los ciudadanos y la integración de la tecnología digital en los negocios. Los otros dos indicadores son los servicios públicos digitales y la investigación y desarrollo en nuevas tecnologías. Respecto de la Unión Europea, España se sitúa en undécima posición, y destaca por su alto nivel de conectividad y el uso de la tecnología digital por parte de las empresas y servicios públicos. 

La conectividad

El concepto de conectividad hace referencia al despliegue de infraestructura de banda ancha fija y móvil, su calidad y su precio. El índice DESI sitúa a España en primera posición por tener la mejor red digital de Europa, ya que el 96 % de los hogares tiene cobertura de banda ancha fija y el 83,6 % de ellos cuenta con cobertura de fibra óptica. El despliegue de redes y la cobertura 4G explican las buenas condiciones existentes para garantizar que los españoles tengan una economía digital innovadora y con visión de futuro. 

Para 2021 está previsto el despliegue de las redes que posibilitan la próxima generación móvil, el 5G. Su baja latencia, su banda ancha ultrarrápida y la cobertura omnipresente posibilitarán una nueva era en el internet móvil. A su vez, este aspecto supondrá una mejora en la competitividad, ya que la rapidez de banda incide directamente sobre el tejido productivo y empresarial del país. No obstante, es necesario ser realistas: la implantación y los precios ofertados no tendrán un coste bajo. 

El capital humano

El capital humano es el indicador que mide las habilidades necesarias para aprovechar las posibilidades que ofrece el mundo digital, es decir, las competencias digitales de los ciudadanos para el uso de internet. En este aspecto es en el que peor situados nos encontramos, especialmente por el bajo porcentaje de especialistas en TIC y mujeres especialistas en TIC. Además, solo el 55 % de las personas de nuestro país tiene habilidades digitales básicas en comparación con el 57 % de la media de los europeos.Sin embargo, si se atiende al porcentaje de personas que tienen lo que el índice llama «habilidades digitales por encima de las básicas», obtenemos un punto más que el resto de los europeos: un 32 % de los ciudadanos hacen gala de ellas.

Una de las razones que explican que estemos por debajo de la media europea reside en la insuficiencia en las políticas de estímulos formativos y educacionales respecto a la digitalización. La brecha digital no tiene prácticamente nada que ver con las infraestructuras, como se ha creído tradicionalmente, ya que los datos demuestran que solo un 4,2 % de las personas desconectadas en nuestro país achaca el hecho de no conectarse a internet a la falta de infraestructuras. Más bien, el 68 % de estos ciudadanos no acceden a internet porque no lo consideran interesante y el 48 % por falta de conocimiento. Por tanto, aunque seamos líderes en infraestructuras, la brecha digital se manifiesta en aspectos culturales y de aprendizaje

El uso de servicios de internet por parte de los ciudadanos

Este índice mide el uso de los contenidos, las comunicaciones y las transacciones en línea por parte de la población. El 83 % de los españoles usaron regularmente internet en 2018, un porcentaje igual al de la media de la Unión Europea. En este uso se incluyen la lectura de noticias online, el uso de redes sociales, el comercio electrónico, las videollamadas o la banca online. Los valores son, en todos esos usos, muy parecidos a los del resto de la Unión, si bien aumenta en tres puntos el porcentaje de usuarios que realizan cursos online en nuestro país. 

La integración de la tecnología digital en los negocios

Finalmente, tenemos el indicador de la tecnología digital en los negocios: atiende a la mejora de la eficiencia y la reducción de costes que experimentan las empresas cuando integran herramientas digitales. En esta área estamos bien posicionados respecto de la media europea, si bien hemos perdido un puesto con respecto al año anterior. Destacamos en los indicadores sobre intercambio electrónico de datos, en el uso de redes sociales por las empresas y en el comercio electrónico de las pymes con un 18 %, un punto más que la media de la Unión. No obstante, menos de la mitad de las pymes hacen venta online a otros países miembros, situándonos en la posición 20 de 28. 

En conclusión, los españoles estamos aventajados en aspectos como la conectividad por el despliegue de infraestructuras y nos situamos en buena posición en el uso de servicios de internet y en la integración de la tecnología digital en los negocios, todo en comparación con la media de la Unión Europea. Sin embargo, respecto al capital humano, nos encontramos por debajo de la media por razones como la falta de interés de los ciudadanos al acceso a internet y el nivel de aprendizaje. Por tanto, ya que tenemos ventajas en materia de infraestructuras, potenciemos el conocimiento de los ciudadanos para que seamos líderes también en las habilidades digitales y cerremos, de esta manera, la brecha digital existente.

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