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El dato es poder

Orwell decía en su obra 1984 que en un mundo en el que la información estaba controlada por el Gobierno tener acceso a ella era tener poder. Sin embargo, en contraposición a esta obra distópica, la cantidad de información que tenemos a nuestra disposición hoy no nos hace más poderosos, sino que nos limita y nos manipula, nos “infoxifica”. Este concepto indica que, al tener un exceso de noticias, a veces no somos capaces de extraer el verdadero valor, la utilidad real, que reside en el dato.

El dato es lo que confiere poder al individuo y a la empresa, es una nueva revolución que ocupa un papel central en la nueva economía de la información. Cuando los datos se seleccionan de manera adecuada, hay un mayor conocimiento para tomar decisiones, para anticiparnos, para ser más competitivos… y es precisamente la posesión de estos datos cuidadosamente extraídos lo que en un futuro determinará el valor de una empresa, además de ser su activo más importante. El dato es el petróleo del siglo XXI.

«Al tener un exceso de noticias, a veces no somos capaces de extraer el verdadero valor, la utilidad real, que reside en el dato»

¿Recuerdas cuando antes se compraba un periódico específico, se escuchaba un solo canal de radio o se veía un determinado informativo en la televisión? La gente quería estar informada, pero elegía los medios que consideraba de referencia y seleccionaba quién le iba a dar esa información. Ahora también elegimos pero, como mencionaba antes, la abundancia de medios que ofrecen sus reportajes nos llevan hacia la infoxicación. A raíz de esto, ha surgido una nueva disciplina relacionada con el tratamiento y la explotación de la información que nos ayuda a su gestión inteligente: la llamada “infonomía”.

Llevado al terreno de las empresas, la infonomía supone un desafío operacional debido tanto a la falta de preparación de las mismas como a la insuficiencia de personas cualificadas. No obstante, los avances de la tecnología ponen a nuestro alcance herramientas para una gestión más eficiente de los datos y, ya que estos no mienten, sino que somos las personas quienes los utilizamos a nuestro favor, debemos aprovechar y corregir las bases de estos millones de bits de conocimiento para que las decisiones sean estratégicas y competitivas. Es ahí donde entra en el juego el big data. Esta revolución tecnológica hace posible que los datos que han sido ordenados en el seno de las organizaciones se pongan en contexto con el resto del espacio circundante. Es así como las empresas logran tener éxito, explotando el dato.

Estudios recientes como el realizado por Vanson Bourne para Veritas muestran que el 52 % de los datos que almacenan las empresas están sin clasificar o etiquetar, lo que puede suponer problemas respecto al cumplimiento normativo o de seguridad, ya que esta información es susceptible de acabar en repositorios no protegidos. Además, la mala administración de los datos conlleva la pérdida de la productividad (caída del 16 % de la eficiencia de los trabajadores) y el aumento de los costes: hasta 2 millones de dólares.

Por ello, es importante que en el seno de una empresa se gestione la información de manera eficiente para que se corresponda con los modelos de negocio y, en consecuencia, es necesario conocer qué tipo de datos se almacenan, qué calidad tienen y cuáles son necesarios. De esta forma, podremos sacarle mayor partido al dato y solventaremos problemas como la capacidad de almacenamiento, la reducción de costes, la competitividad en el mercado y las amenazas de seguridad. Hablo de ello en el capítulo «El poder del dato» de mi libro Viaje al centro del humanismo digital.

«Es importante que sepamos administrar integralmente el dato para poder tomar las mejores decisiones en este periodo de ‘infoxicación'»

Otra de las características del dato en la actualidad es que está estrechamente relacionado con la escalabilidad, en gran parte debido a la era digital en la que vivimos. Este concepto se puede observar en un ejemplo tan claro como el de la plataforma Airbnb, capaz de conseguir ser la principal marca de alojamiento vacacional conectando a la oferta y a la demanda sin tener hoteles. Hay muchos otros ejemplos de plataformas cuyo valor añadido es claramente el volumen de datos.

Por estas razones, desde el nivel individual al organizacional, es importante que sepamos administrar integralmente el dato para poder tomar las mejores decisiones en este periodo de infoxicación, teniendo en cuenta que tenemos herramientas tecnológicas que facilitan esta tarea y sabiendo que la gestión y el control de los datos es una ventana de oportunidad para mejorar cuestiones como la gobernabilidad, el desarrollo sostenible o la protección de datos.

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