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Davos y el debate de la reconstrucción de la confianza

Hace unas semanas tuvo lugar una de las reuniones más importantes de los últimos tiempos. Líderes mundiales se preparaban en los salones de sus casas en un atípico Foro Económico Mundial virtual para hablar de muchos temas cruciales que tienen que ver con la COVID19 y sus devastadoras consecuencias, pero también para hablar de algo todavía más desafiante: la reconstrucción de la confianza.

El último Barómetro de Confianza publicado por Edelman pone de manifiesto un descenso de la misma en todo el mundo. La sociedad post covid busca liderazgo y rechaza los bustos parlantes que no consideran creíbles. Según este informe, la sociedad no confía en que ninguno de los líderes sociales a los que hacen seguimiento (que abarcan desde líderes gubernamentales, directores generales, periodistas hasta incluso líderes religiosos) haga lo correcto.

Barómetro de Confianza, Edelman (2020)

Por eso, el concepto de la reconstrucción de confianza nunca fue tan oportuno.

Klaus Schawb, el principal ideólogo del foro de Davos y uno de los hombres más influyentes del planeta, dijo en el World Economic Forum “En el contexto de la pandemia de COVID-19, la necesidad de reajustar las prioridades y la urgencia de reformar los sistemas han ido creciendo en todo el mundo.”

Esta reflexión de “reforma” llegaba a la mesa virtual de los líderes mundiales días después de una de las jornadas más oscuras de la historia estadounidense reciente. El asalto al Capitolio por parte de fanáticos radicales nos llevó a ver algo que pensábamos inimaginable: el silenciamiento del mismísimo presidente de Estados Unidos por parte de una empresa privada.

La urgencia de reformar los sistemas que alude Schawb choca directamente con un nuevo debate que se puso de manifiesto en Davos: la libertad de expresión en la esfera digital.

Aquí entran directamente en el tablero de juego los grandes gigantes tecnológicos, pero ¿qué ficha representan en este?

Podemos afirmar que los gigantes tecnológicos, debido a la influencia que ejercen tanto en la sociedad como en la regulación, se comportan de una manera dual en el juego: son tanto fichas de tablero como jueces.

La regulación, siempre tarde

¿El principal problema de esto? Que los hace jugar con ventaja ya que, la regulación, va siempre un paso por detrás. El debate sobre la regulación de los gigantes tecnológicos comentada en Davos debe ser inminente. Necesitamos reglas actualizadas para una nueva era digitalizada.

Necesitamos reglas actualizadas para una nueva era digitalizada.

Una de las propuestas para controlar a los gigantes es ‘trocearlos’. Alternativas más optimistas -con las que me encuentro más alineado – son voces como la del empresario Wal van Lierop. Van Lierop defendía en Forbes el año pasado que “un resultado, mejor que una ruptura de las grandes tecnológicas, es que dieran un paso al frente y asumieran su responsabilidad”

Asumiendo que esto es algo complicado, creo que debemos encontrar una manera de llegar a un acuerdo empresas, reguladores y sociedad para hacerlo posible.

Si queremos avanzar hacia una sociedad digital ética necesitamos reconocer que: son los gobiernos, y no las empresas, las que establecen las reglas del juego; que la inversión en tecnología debe ser ética y que aplaque problemas sociales; y por último y más importante, que se respete ante todo la dignidad humana y la privacidad de los usuarios.


A raíz de esto, os comparto una breve reflexión sobre regulación y data, y os animo a tratar de definir entre todos cuestiones tan importantes que definirán el futuro próximo como ¿ Qué debe tener la tecnología para que el humanismo y la ética estén en el centro de su desarrollo? Os leo.

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