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Brexit inteligente: la mejor manera de decir adiós para ciudadanos y pymes

Mucho se está debatiendo y se deberá debatir aún sobre la salida de Reino Unido de la UE. Y es que son también muchas y variadas las incógnitas que se están abriendo (y que, seguro, se van a abrir) bajo los pies del Gobierno de Theresa May, responsable, a partir de marzo de 2017 y durante los próximos dos años, de sacar adelante la negociación de una compleja despedida. Mientras los políticos, a ambas partes de la gran mesa, dialogan para apaciguar los ánimos y buscan la mejor manera de implementar este proceso, a las empresas grandes y pequeñas y a los ciudadanos de ambos países nos toca prepararnos para anticipar el golpe que, inevitablemente, va a suponer el cambio que experimentarán tanto la UE como Reino Unido. 

¿Qué dirección tomará el cambio? ¿Qué consecuencias tendrá? Todavía nadie, a ciencia cierta, puede responder a estas preguntas. Para buscar posibles respuestas y analizar la situación están los debates de los que os hablaba al principio. Precisamente esta semana las Cámaras de Comercio Británicas han organizado en Madrid una mesa redonda a la que he tenido el honor de asistir para hablar de la influencia del Brexit  sobre las pymes y los emprendedores.

Todos los presentes coincidimos en señalar que la discusión más urgente a dirimir ahora es la que se plantea sobre el tipo de adiós que tendría que dar Reino Unido  a la Unión Europea. Si se debería apostar por un divorcio radical — también llamado Brexit duro– o  si, por el contrario, sería mejor un Brexit suave o salida con opción a  firmar una convivencia cordial pero distante.

A la luz de los últimos acontecimientos, parece que el ‘Brexit significa Brexit’, entonado durante el pasado verano por la primera ministra May, está siendo sustituido, paulatinamente, por otro estribillo más pegadizo pero quizá más incierto: el de ‘Ni contigo ni sin ti’. Cada día el  horizonte se vislumbra más incierto. Y mientras tanto, los ciudadanos y las empresas se ven obligados a basar sus previsiones en corazonadas y no en certezas. A tomar decisiones en un entorno que bien se puede catalogar como VUCA: Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo.

Porque la caída experimentada por la libra tras el Referéndum –la mayor de los últimos 30 años—se vio amortiguada este verano por el plan de estímulo del Banco de Inglaterra y no preocupa demasiado en este momento. De hecho, a corto plazo, la depreciación ha generado beneficios a las pymes británicas  al dotar a sus productos de precios más competitivos.

Sin embargo, hay otras consecuencias de la incertidumbre que ya se están haciendo notar y que son negativas, como el descenso de ventas del sector inmobiliario o el hecho de que la banca de Reino Unido comience a restringir el crédito a las pymes. De hecho, la banca británica ha  anunciado su decisión de abandonar parcialmente la Isla en 2017 rumbo a Europa para no poner en riesgo los 1,1 billones de libras que presta a empresas y gobiernos de la UE.

Ante esta situación, las pymes de Reino Unido han tenido que replantearse sus planes de inversión a medio y a largo plazo, lo que podría frenar sus previsiones de internacionalización. Las han obligado a prepararse para afrontar el encarecimiento de la mano de obra que supondrá ponerle freno de la entrada de inmigrantes. Y ha hecho que deban impulsar el e-commerce dentro de sus planes de negocio, sobre todo las pymes enfocadas al continente.

Ante esta situación también las pymes españolas se están preparando. Han tenido que sentarse a analizar el futuro impacto del Brexit en sus cuentas y a diseñar una hoja de ruta. No hay que olvidar que, según el estudio de Standard and Poor’s Brexit Sensivity Index, España va a ser uno de los países más afectados, a nivel empresrial, por el abandono británico de Europa.

Esta ‘sensibilidad’ empresarial abarca, en 360 grados, desde el sector financiero hasta las operadoras de telefonía, la gestión de aeropuertos, el suministro eléctrico, la realización de obras públicas, el transporte aéreo o comercio textil. No obstante, el Turismo y la Vivienda serán los sectores más afectados.

Muchas empresas españolas están valorando la posibilidad de subir los precios de los productos que exportan a Reino Unido, una medida que puede ser arma de doble filo, ya que el aumento del precio del producto español puede provocar, como ya está pasando, que sus consumidores británicos disminuyan o prescindan del producto importado en favor del local.

Para los emprendedores españoles que trabajan en Reino Unido, crece la incertidumbre sobre cómo les afectará la nueva situación en lo referente a sus permisos de residencia y trabajo o a las condiciones para vender o comprar productos, por lo que están buscando reorientar sus intereses hacia otros países de la UE o hacia otros países, como Estados Unidos o China.

A priori, la situación post Referéndum parece mucho más complicada de lo que era antes tanto para los ciudadanos como para las empresas. Por eso, a mi entender, no se trata de decidir entre hacer un Brexit duro o suave. Se trata de llevar adelante este arduo proceso de la forma más inteligente posible, generando tranquilidad y sobre todo, minimizando los riesgos que seguro va a suponer para ambas zonas, tanto a nivel político como económico. Se trata de apostar por un Brexit inteligente. Todos nos estamos jugando mucho en esta separación.

 

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