Tras una semana crucial, en la que se sellaron los pactos de gobierno que han decidido el color de muchos ayuntamientos y autonomías del país, me gustaría volver sobre el tema que traté en mi último artículo publicado en Cinco días ‘Gobernar para los autónomos y las pymes’. En él recordaba a los políticos cuáles son las prioridades de los autónomos y la pyme respecto a la legislación y les animaba a cumplir sus compromisos de ayuda al sector, reconocida, por fin y de forma unánime, su vital importancia para la economía.
Con varias reformas legales en el horno y una ristra de medidas suelas sobre la mesa, destinadas todas ellas a intentar paliar los dolores que sufren las pymes y autónomos en su día a día, ha llegado el momento de pedir a nuestros gobernantes que cojan el toro por los cuernos y tengan la valentía suficiente para acometer los cambios profundos que realmente mejorarán la situación y las expectativas de este colectivo.
No sería necesario cambiarlo todo, sólo aquello que no es útil. Necesitamos una nueva legislación para autónomos y pymes basada en los conceptos de sencillez y facilidad. Sencillez para acelerar los trámites para hacerse autónomo en España– en Estados Unidos es posible hacerlo en 24 horas—o constituirse en Sociedad Limitada, de llegar el caso. Facilidad para tributar sólo anualmente y por ingresos, en lugar de cada tres meses, para hacernos competitivos frente a países del entorno, como Portugal o Francia. Y facilidad también a la hora de informarse, creando un punto único de documentación y tramitación que bien podría ser un portal del autónomo.
Iniciativas, como la tarifa plana para el autónomo, están bien. Pero hay que distinguir la clara de la yema y ser conscientes de que, con estas soluciones, nos estamos quedando en la clara. Nosotros queremos entrar de lleno en la yema, en el meollo del asunto. Y transformar desde la raíz. Queremos que ser un autónomo sea un orgullo, como lo es hace mucho en Estados Unidos, el país con 45 millones de autónomos.
Para ello, es crucial poner en valor la figura del autónomo como el trabajador que, cada día, se levanta a sacar adelante su negocio y a tirar de la economía del país. Eso se hace con información y formación a todos los niveles, desde la universidad hasta la escuela.
Y también se hace dignificando su actividad. En este sentido, los gobiernos deben garantizar los derechos que al autónomo le proporcionen tranquilidad. Son ya una realidad cotidiana en países como Francia o Reino Unido. Hablamos de asistencia sanitaria, jubilación, pensiones de invalidez o de tener derecho a un año de paro, si se paga por ello. No es tan difícil. Todo se hace con liderazgo y voluntad.
En esta línea, Sage España ha lanzado la campaña #actitudsage con la que se quiere escuchar a las pymes y autónomos, saber cuáles son sus peticiones para la administración. Para ello, entre el 16 y el 21 de junio, desde la cuenta de Sage España en Twitter y a través de este cuestionario alojado en la web de Sage España, se les preguntará cuáles son las peticiones que realizarían a la administración para mejorar la situación de su negocio. Las respuestas servirán para elaborar un decálogo de reformas legales hecho por y para la pyme y el autónomo del siglo XXI.
Este documento, que se difundirá a través de los medios de comunicación, responderá a cuestiones como: ¿Qué políticas fomentarían la inversión en I+D?; ¿qué facilitaría a las empresas el acceso a fuentes alternativas de financiación? o ¿qué medidas servirían para reducir los trámites para constituir una compañía?.
Desde mi blog, te animo a participar en esta campaña, cuyo objetivo es que autónomos y pymes tomen consciencia de las necesidades comunes y reclamen unidos su satisfacción. Que sean ellos quienes lideren sus propios cambios para construir un gran futuro juntos.
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